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Premios y reconocimientos.

 

 

 

2012

10 Mar

Premio Importante Enero 2012

 

 

Astuta, entusiasta, valerosa y decidida. Así fue como el director adjunto del diario Levante-EMV, Bernat Clari, definió a la ganadora del Premio Importante del mes de enero de 2012, Cristina Ponce, una madre coraje que ha sido capaz de poner en marcha una iniciativa solidaria que bautizó con el nombre de su hija -Proyecto Paula- con la que en menos de un año ha recaudado ya 30.000 euros que se han destinado íntegramente al fomento de la ciencia y, específicamente, a la investigación de la diabetes para encontrar una puerta terapéutica a esta enfermedad que además de Paula, la hija menor de Cristina, la sufren millones de personas.

En la entrega del galardón, Clari expresó que el ejemplo de Cristina Ponce nos anima a no renunciar a ningún objetivo, por difícil que sea "Su actitud -destacó- nos ha cautivado".
Emocionada, Cristina Ponce dedicó el premio a los doctores del IVI Carlos Simón y Juana Crespo que hicieron posible su maternidad, "y eso -destacó-sucedió gracias a la ciencia".

Desde entonces esta mujer, que no se arredra ante las dificultades, tuvo muy claro que la ciencia es el único motor de los avances médicos. El debut diabético de su hija Paula la llevó a replantearse más su actitud social y a poner todo su empeño en un proyecto que nació para recaudar fondos para destinarlos a la investigación posible que un día no muy lejano hallará un remedio a la diabetes.

"Estoy de acuerdo en que todo lo que uno se propone se puede conseguir", declaró al recoger la escultura que la reconoce como Importante del mes de enero de 2012 del diario Levante-EMV. Fue el 10 de enero de este año cuando este periódico daba en exclusiva la noticia los 7.700 euros del Proyecto Paula habían hecho posible contratar a la investigadora especializada en diabetes, Silvia Sanz, que pudo reincorporarse al Laboratorio de Endocrinología Molecular de la doctora Deborah Burks tras haber sido despedida en el ERE del Centro de Investigación Príncipe Felipe.

La difusión de la noticia en la prensa nacional y en las cadenas de TV y radio desencadenó un aluvión de donativos, más de 25.000 euros que aseguran el primer año de contrato de la investigadora Sanz. "Éxito genera éxito", apunta Burks, mientras Ponce está convencida de que la ciencia hallará un tratamiento para que los diabéticos no vivan pegados a la pluma de insulina.

En menos de un año, Cristina Ponce ha visto ampliamente cumplido su sueño. "Al principio pensaba que con que solo pudiera conseguir el sueldo de un día de un investigador, sería algo y , fíjate, hemos conseguido el sueldo de un año y ojalá -agregó- dentro de otro año tengamos a diez personas más trabajando con Deborah Burks".
El Proyecto Paula que surgió en Valencia ha comenzado a extenderse a otras provincias.

"Recibimos muchos apoyos, los padres estamos juntos y unidos porque para las familias que tienen hijos con diabetes supone una satisfacción poder aportar algo más que la educación que les damos".

La sinergia entre la fuerza de Cristina Ponce, que se mantiene fiel a su lema y propósito de: "por pedir que no quede", y la capacidad investigadora de la doctora Deborah Burks que sostiene que toda ayuda es buena porque toda piedra hace pared han hecho posible que su laboratorio avance en la búsqueda de un tratamiento contra la diabetes. "Ahora vamos a pedir al Gobierno que ponga dinero para que se vuelvan a contratar a los tres despedidos que faltan en el laboratorio", expresó Ponce.

La galardonada acudió a la entrega del premio acompañada de su equipo de colaboradoras: en primer lugar, su madre Isabel Costa; su cuñada, María José Priego; su amiga, Cristina Ferrer y la presidenta de la Asociación Valenciana de Diabetes, María del Toro, así como las investigadoras Deborah Burks y Silvia Sanz. En representación del periódico acudieron además del director adjunto Bernat Clari, el asesor de ciencia Manuel Portolés y la redactora Pilar García del Burgo.

"El Proyecto Paula no es para reemplazar el papel del Gobierno, sino para complementarlo porque el Estado tiene la obligación de apoyar la investigación", agregó Ponce. Por su parte Portolés comentó que España fue el primer pais de Europa que tuvo un Ministerio de Ciencia, por delante de Estados Unidos, que ahora está eliminado.

"La ciencia ahorra muchos tratamientos, porque es invertir en el presente para ahorrar en un futuro no muy lejano y esta -agregó Ponce- es la conciencia que deben tener los Gobiernos". "Sin embargo, -precisó Portolés-, esa no es la realidad porque este año se han suprimido 600 millones para ciencia".

 

 

Levante-EMV y su grupo editor, Editorial Prensa Valenciana, volvieron a demostrar el 29 de Mayo su enorme capacidad de convocatoria con la sociedad valenciana al reunir a más de 500 personas en la terraza L’Umbracle con motivo de la gala del 25 aniversario de los Premios Importante que concede este diario desde 1989, mes a mes de cada año. El president de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, fue el encargado de cerrar la breve pero intensa ceremonia, en la que también se entregaron los dos últimos Importante que se han concedido hasta la fecha: el de febrero de 2014, a la Acequia Real del Júcar, por su 750 aniversario; y el de marzo, también de este año, a la Junta Central Fallera por sus 75 años de historia. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, presidenta nata del órgano festero, fue la encargada de recibir el galardón para la JCF, y rápidamente se lo trasladó al presidente ejecutivo y concejal de Fiestas, Francisco Lledó. El momento de la entrega a la JCF contó además con la presencia de la fallera mayor de Valencia, Carmen Sancho de Rosa, que también asistió a la gala-cóctel.

Por su parte, el premio a la Acequia Real del Júcar, institución fundada en el siglo XIII por Jaume I, fue entregado por Alberto Fabra a su secretario general, Juan Valero de Palma y su vicepresidente, Leopoldo Barrera. El president, para cerrar una emocionate velada, destacó que estos dos últimos Premios Importante, del total de más de 300 que se han concedido en este cuarto de siglo, han recaído en dos símbolos fundamentales de la cultura valenciana. «El fuego», en referencia a las fallas, y «el agua», en referencia a la Acequia Real del Júcar. El jefe del Consell subrayó que los Premios Importante de Levante-EMV ejemplifican de manera perfecta «el orgullo de ser valencianos» ya que se ha premiado «el esfuerzo, el tesón y el trabajo» de personalidades, entidades e instituciones «que han contribuido de manera decidida al desarrollo socio-económico de la sociedad y la Comunitat Valenciana».

Antes, Rita Barberá, en relación al reconocimiento a la JCF, agradeció «la sensibilidad demostrada» por el diario con «una entidad imprescindible» que ha impulsado «actos tradicionales de las fallas de hoy en día, como la crida, la Cabalgata del Ninot o la constitución de la Sección Especial». Pero que sobre todo, añadió, «ha permitido que las Fallas se hayan convertido en un verdadero motor económico y turístico de Valencia, y en una de las fiestas más importantes del mundo». La alcaldesa aprovechó para recordar «los recuerdos entrañables» que en el plano personal le trae la cabecera de Editorial Prensa Valenciana, y pididó el apoyo de este periódico, para que las Fallas consigan la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que han pedido recientemente. Por su parte, Juan Valero de Palma resaltó que al distinguir a la Acequia Real del Júcar, «el periódico Levante-EMV conecta con el campo valenciano, y por tanto, con las raíces de la sociedad valenciana». Luego detalló el plan de modernización de regadíos que tiene en marcha esta institución que ha supuesto ya inversiones de 180 millones de euros y un ahorro de hasta 180 millones de litros de agua al año.



Compromiso con la sociedad
La ceremonia fue conducida por la presentadora de Levante TV, Verónica Mach, quien dio paso a Jesús Prado, consejero de Editorial Prensa Valenciana, quien subrayó que los Importante nacen por la constatación de que el diario «no tiene que limitarse a ser notario de la actualidad» sino que además este grupo editorial siempre ha creído y ha apostado por «estar muy comprometido con los intereses generales de la sociedad valenciana y estar presente en la realidad social que lo rodea».

Antes, el director de Levante-EMV, Lluís Cucarella, enfatizó que los Importante son el mejor ejemplo de que los valencianos «somos capaces de liderar cualquier campo y de que somos pioneros en cualquier área». Luego recordó que Avelino Corma, prestigioso científico de Moncofa, que acaba de recibir el Premio Príncipe de Asturias, varios años después de lograr el Importante. Ello habla bien de que en «nuestro día a día, los valencianos formamos un colectivo emprendedor e innovador».

Gran foto de familia


El momento más brillante de la noche se vivió cuando los premios Importante, de estos 25 años que pudieron acudir ayer a la fiesta de l’Umbracle posaron para la posteridad sobre el escenario. Anoche estuvieron presentes premiados como el Cuerpo de Bomberos de Valencia, el Seprona, la Asociación Vivir como Antes, AVA-Asaja (Cristóbal Aguado), AVE (Federico Félix), Editoriales Bromera y Pre-Textos, Cruz Roja, Bioparc (Luis Ángel Martínez), la doctora Carmen Blanco, Nuevo Centro (Alfredo Tell y David Mazcuñán), la Unió (Ramón Mampel), y la FSMCV, con Josep Almería y José Vicente Mateu.

Políticos, empresarios, deportistas y artistas
Junto al president de la Generalitat, Alberto Fabra, acudieron la alcaldesa Rita Barberá; la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León; y las conselleras Isabel Bonig, M.ª José Català y Asunción Sánchez, así como los consellers Máximo Buch, Manuel Llombart, Serafín Castellano y Juan Carlos Moragues. Por la patronal estuvo José Vicente González y el presidente de la Cámara de Valencia, José Vicente Morata. Por la empresa, Jesús Ger y su hijo Jesús Ger Soria. Por el deporte, Quico Catalán, presidente del Levante UD; y los deportistas paraolímpicos y Premios Importante, Ricardo Ten y David Casinos. Por el mundo de la política, la senadora y exministra Carmen Alborch habló al principio de la velada por ser la segunda premiada con el «Importante», allá por febrero de 1989, por el IVAM. Y también estuvieron diputados autonómicos y provinciales como Jorge Bellver, Rubén Moreno y Amparo Mora, del PP; así como representantes del PSPV, —Ximo Puig, Joan Calabuig, Carmen Martínez, José Luis Ábalos o Mercedes Caballero— de EU, el concejal Amadeo Sanchis, o de Compromís como Enric Morera. Por el cooperativismo, estuvo José María Planells (Anecoop), Javier Quiles (Consum) y Emili Villaexcusa, de la confederación del sector. Y más premiados que no quisieron perderse el cóctel ni dejar de pasar por el «photocall»: Gonzalo Gobert (director general del Circuito de Cheste); Pepe Pérez en representación de Ford España; Sergio Blasco, gerente del Hospital General, el exrector Pedro Ruiz; Vicent Boscá (revista Saó), y Joan Manel Verdegal, d’Agrupació Borrianenca de Cultura, entre otros. j. m. v. valencia

Puedes ver las fotos de la gala en este enlace

 

 

discurso de Bernat Clarí subdirector del Diario LEVANTE en la entrega de PREMIO IMPORTANTE ENERO 2012

 

 

Admirada Cristina Ponce, distinguidos invitados, queridos compañeros, muy buenos días a todos.

Para el periódico Levante-El Mercantil Valenciano es un auténtico orgullo recibir a una ciudadana ejemplar en nuestra sede. En una sociedad dominada por la cultura audiovisual, son los deportistas, los actores, las modelos, los más famosos grupos y solistas musicales, los grandes escritores de éxito, los diseñadores, los arquitectos más llamativos, los gurús de las nuevas tecnologías y a veces también los políticos y hasta los grandes hermanos televisivos quienes suelen llevarse el favor del público. Ellos representan un modelo a seguir. Se han convertido en referentes, forman parte del imaginario colectivo, se han transformado en ídolos de masas, en iconos que condicionan las vidas de mucha gente.

En este contexto, resulta estraño que una ciudadana anónima ocupe un lugar destacado entre las preferencias de la masa de individuos que compone la sociedad en la que vivimos. Pero Cristina Ponce se ha ganado su protagonismo a pulso.

No puede imaginarse hasta qué punto nos ha llenado de satisfacción comprobar que, frente a una actualidad tan demoledora, negativa y decepcionante, en este periódico todavía hemos sido capaces de rastrear, encontrar y publicar una buena noticia, una información que protagonizaba usted con un gesto de nobleza, generosidad y altruismo digno de la mejor causa

Es, por tanto, un motivo de orgullo para esta casa actuar de anfitriones de una mujer que ha roto los esquemas yendo contracorriente, es una gran satisfacción abrir las puertas de Levante-El Mercantil Valenciano a una luchadora comprometida con el mundo. Y es todavía más gratificante poderle entregar el galardón más preciado de esta casa, nuestro premio Importante, con el que hemos distinguido a las personalidades e instituciones valencianas que han marcado la pauta en las más variadas disciplinas políticas, sociales, económicas y culturales.

Una de las grandes misiones del periodismo consiste en saber detectar el talento y la destreza sin prejuicios ideológicos ni apriorismos sectarios. Y estamos convencidos de que hoy tampoco hemos errado el tiro. Cristina es un auténtico modelo. Trataré ahora de explicarles brevemente la razón.

Verán: La magnitud de la crisis económica que azota tanto los bolsillos como las conciencias ha acabado por desequilibrar de tal modo nuestra brújula vital que hoy resulta muy difícil orientarse. Nos faltan patrones, necesitamos guías que nos abran el camino, señales que marquen la dirección correcta que hemos de tomar.

La sociedad se ha sumergido en una gran depresión, dicho sea en el sentido más amplio del término, porque sufrimos una crisis tanto económica como psicológica que nos ha llevado de la euforia desmedida que percibíamos hace solo unos años al abatimiento y el desánimo más absoluto.

Es difícil asumir la transformación de la realidad que habíamos soñado, pero todavía es más costoso controlar la zozobra interior que provoca la autocrítica y el arrepentimiento. No es apetecible comprobar que hemos cometido muchos y graves errores. A nadie le agrada equivocarse y reconocer que hemos vivido sobre estructuras muy frágiles. Durante años, construimos una ficción tan productiva como acomodaticia que enmascaraba un mundo que, en realidad estaba dominado por la avaricia y la inmoralidad más condenable.

Muchos eran conscientes de la impostura, pero preferían aprovechar las ventajas del modelo mientras fluyera el crédito y se cerraran negocios contantes y sonantes. El estallido de la burbuja inmobiliaria primero y la crisis financiera después nos han dejado desnudos ante nuestras propias conciencias.

Y no es nada fácil encontrar nuevas fórmulas magistrales que mejoren nuestra vida individual y colectiva. En estas condiciones, a falta de faros que iluminen el camino, conviene confiar en aquello que tenemos más a mano: hay que mirar a nuestro alrededor e imitar el comportamiento de aquellos que más habilidad, solvencia, principios y honestidad han demostrado en tiempos tan convulsos.

En estos momentos de desasosiego y ansiedad social necesitamos confiar en los que más saben y en aquellos que muestran una conducta especial. Hoy requerimos ejemplos vitales que nos faciliten modelos de comportamiento; en momentos de angustia como los actuales precisamos ahuyentar nuestros complejos y reforzar nuestra autoestima.

Casi nadie parece negar ya que la falta de principios explica gran parte de la degradación individual y colectiva que ha propiciado todo este desastre económico. El déficit ético y la pérdida de valores es incuestionable. Es preciso encontrar ejemplos que reactiven la economía pero que también garanticen ese rearme moral. Y es en esta búsqueda desesperada de pautas y elementos que permitan a los ciudadanos reconciliarse con los objetivos y las aspiraciones más nobles del ser humano cuando apreciamos y valoramos la modélica actuación de nuestra homenajeada de hoy, Cristina Ponce.

Esta madre coraje ha demostrado a sus conciudadanos que los gestos de nobleza, generosidad y altruismo también reportan dividendos. No todos se dejan llevar por el individualismo. La actitud de esta mujer reverdece las nobles virtudes del ser humano y nos reconcilia con los fundamentos más básicos de la sociedad, que sólo puede asentarse sobre la solidaridad, el espíritu fraternal y la protección mutua.

Silvia Sanz, la investigadora que, tras ser despedida, se pudo contractar de nuevo gracias a la colecta que organizó Cristina Ponce no va a ser los única beneficiaria de una acción tan filantrópica. Igual de provechoso es que los medios de comunicación utilizaran su ejemplo para poner el foco de la actualidad sobre las penurias que sufre la investigación en España. Muchos políticos todavía no han aprendido a valorar, a promover y a sacar rédito de los avances científicos. Cuando está demostrado que una de las vías más directas y capaces de aportar valor añadido y, por tanto competitividad a la economía española es la de la innovación, la de la investigación y la del desarrollo de la tecnología no parece muy razonable que los científicos no encuentren otro horizonte que la emigración y la precariedad laboral más humillante.

Probablemente su gesto no permitirá aliviar el sufrimiento de tantos científicos que han perdido su puesto de trabajo, y también cabe reconocer que su aportación tampoco llevará a recuperar algunas de las líneas de investigación que han quedado paralizadas o suprimidas por los recortes, pero no le quepa la menor duda de que su conducta resulta mucho más productiva y sustanciosa que todo eso, porque ha reconfortado a mucha gente que percibe su decisión como un símbolo de valentía, protección maternal y conciencia cívica.

Hace apenas unos meses, en noviembre, en esta misma sala, tuvimos oportunidad de premiar a una bióloga del Centro Superior de Investigadores Científicas adscrita al centro Príncipe Felipe, Consuelo Guerri, por un gesto que también demostraba un gran valor cívico. Guerri se llevó nuestro galardón por donar los 25.000 euros que recibió al ganar un prestigioso premio científico alemán para que pudieran prorrogarse los contratos de sus becarios. Hoy tenemos la satisfacción de remachar el mismo clavo.

Que para conseguir sus generosos fines recurriera a recursos tan prosaicos y variados como vender camisetas, recoger fondos con huchas solidarias, organizar meriendas benéficas o distribuir lotería con farda ayuda a perfilar una imagen de mujer astuta, entusiasta, valerosa, perseverante y decidida. Parece incontestable que su hija, a la que trata de ayudar con todos los medios a su alcance, estará orgullosa de usted, pero no es la única. Sus conciudadanos también lo estamos, porque nos anima a no renunciar a ningún objetivo siempre que valga la pena.

A la investigadora Silvia Sanz, a la responsable del laboratorio de endocrinología molecudar, Débora Burks, y al resto de la comunidad científica del centro Príncipe Felipe les ha ofrecido usted una aportación impagable que tiene muy poco que ver con la cuantía del dinero entregado, una donación mucho más valiosa que tiene que ver con la bondad del ser humano.

De esa lección de coraje también deberían aprender nuestros políticos. Usted ha probado que quien quiere, puede. Con esa mentalidad no cabe duda que saldríamos de la crisis. Ojalá las empresas y las instituciones privadas tomen igualmente ejemplo y aumenten los fondos que se destinan a financiar programas científicos.

Nos encontramos, en definitiva, ante un modelo vital y un orgullo para los valencianos. Lo que, en suma, queremos decir es que su actitud, Cristina Ponce, nos ha cautivado. Gracias por aceptar el premio, por enseñarnos a conquistar el corazón de las personas de buena fe y por demostrarnos que todo es posible a poco que uno ponga empeño en la tarea.

Aquí tiene usted nuestro premio, se lo merece sobradamente. Muchas gracias.

 

 

 

 

 

 

 

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