Premio Importante Enero 2012
Astuta, entusiasta, valerosa y decidida. Así fue como el
director adjunto del diario Levante-EMV, Bernat Clari, definió a la
ganadora del Premio Importante del mes de enero de 2012, Cristina
Ponce, una madre coraje que ha sido capaz de poner en marcha una
iniciativa solidaria que bautizó con el nombre de su hija -Proyecto
Paula- con la que en menos de un año ha recaudado ya 30.000 euros
que se han destinado íntegramente al fomento de la ciencia y,
específicamente, a la investigación de la diabetes para encontrar
una puerta terapéutica a esta enfermedad que además de Paula, la
hija menor de Cristina, la sufren millones de personas.
En la entrega del galardón, Clari expresó que el ejemplo de Cristina
Ponce nos anima a no renunciar a ningún objetivo, por difícil que
sea "Su actitud -destacó- nos ha cautivado".
Emocionada, Cristina Ponce dedicó el premio a los doctores del IVI
Carlos Simón y Juana Crespo que hicieron posible su maternidad, "y
eso -destacó-sucedió gracias a la ciencia".
Desde entonces esta mujer, que no se arredra ante las dificultades,
tuvo muy claro que la ciencia es el único motor de los avances
médicos. El debut diabético de su hija Paula la llevó a replantearse
más su actitud social y a poner todo su empeño en un proyecto que
nació para recaudar fondos para destinarlos a la investigación
posible que un día no muy lejano hallará un remedio a la diabetes.
"Estoy de acuerdo en que todo lo que uno se propone se puede
conseguir", declaró al recoger la escultura que la reconoce como
Importante del mes de enero de 2012 del diario Levante-EMV. Fue el
10 de enero de este año cuando este periódico daba en exclusiva la
noticia los 7.700 euros del Proyecto Paula habían hecho posible
contratar a la investigadora especializada en diabetes, Silvia Sanz,
que pudo reincorporarse al Laboratorio de Endocrinología Molecular
de la doctora Deborah Burks tras haber sido despedida en el ERE del
Centro de Investigación Príncipe Felipe.
La difusión de la noticia en la prensa nacional y en las cadenas de
TV y radio desencadenó un aluvión de donativos, más de 25.000 euros
que aseguran el primer año de contrato de la investigadora Sanz.
"Éxito genera éxito", apunta Burks, mientras Ponce está convencida
de que la ciencia hallará un tratamiento para que los diabéticos no
vivan pegados a la pluma de insulina.
En menos de un año, Cristina Ponce ha visto ampliamente cumplido su
sueño. "Al principio pensaba que con que solo pudiera conseguir el
sueldo de un día de un investigador, sería algo y , fíjate, hemos
conseguido el sueldo de un año y ojalá -agregó- dentro de otro año
tengamos a diez personas más trabajando con Deborah Burks".
El Proyecto Paula que surgió en Valencia ha comenzado a extenderse a
otras provincias.
"Recibimos muchos apoyos, los padres estamos juntos y unidos porque
para las familias que tienen hijos con diabetes supone una
satisfacción poder aportar algo más que la educación que les damos".
La sinergia entre la fuerza de Cristina Ponce, que se mantiene fiel
a su lema y propósito de: "por pedir que no quede", y la capacidad
investigadora de la doctora Deborah Burks que sostiene que toda
ayuda es buena porque toda piedra hace pared han hecho posible que
su laboratorio avance en la búsqueda de un tratamiento contra la
diabetes. "Ahora vamos a pedir al Gobierno que ponga dinero para que
se vuelvan a contratar a los tres despedidos que faltan en el
laboratorio", expresó Ponce.
La galardonada acudió a la entrega del premio acompañada de su
equipo de colaboradoras: en primer lugar, su madre Isabel Costa; su
cuñada, María José Priego; su amiga, Cristina Ferrer y la presidenta
de la Asociación Valenciana de Diabetes, María del Toro, así como
las investigadoras Deborah Burks y Silvia Sanz. En representación
del periódico acudieron además del director adjunto Bernat Clari, el
asesor de ciencia Manuel Portolés y la redactora Pilar García del
Burgo.
"El Proyecto Paula no es para reemplazar el papel del Gobierno, sino
para complementarlo porque el Estado tiene la obligación de apoyar
la investigación", agregó Ponce. Por su parte Portolés comentó que
España fue el primer pais de Europa que tuvo un Ministerio de
Ciencia, por delante de Estados Unidos, que ahora está eliminado.
"La ciencia ahorra muchos tratamientos, porque es invertir en el
presente para ahorrar en un futuro no muy lejano y esta -agregó
Ponce- es la conciencia que deben tener los Gobiernos". "Sin
embargo, -precisó Portolés-, esa no es la realidad porque este año
se han suprimido 600 millones para ciencia".
Levante-EMV y su grupo
editor, Editorial Prensa Valenciana, volvieron a demostrar
el 29 de Mayo su enorme capacidad de convocatoria con la
sociedad valenciana al reunir a más de 500 personas en la
terraza L’Umbracle con motivo de la gala del 25 aniversario
de los Premios Importante que concede este diario desde
1989, mes a mes de cada año. El president de la Generalitat
Valenciana, Alberto Fabra, fue el encargado de cerrar la
breve pero intensa ceremonia, en la que también se
entregaron los dos últimos Importante que se han concedido
hasta la fecha: el de febrero de 2014, a la Acequia Real del
Júcar, por su 750 aniversario; y el de marzo, también de
este año, a la Junta Central Fallera por sus 75 años de
historia. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, presidenta
nata del órgano festero, fue la encargada de recibir el
galardón para la JCF, y rápidamente se lo trasladó al
presidente ejecutivo y concejal de Fiestas, Francisco Lledó.
El momento de la entrega a la JCF contó además con la
presencia de la fallera mayor de Valencia, Carmen Sancho de
Rosa, que también asistió a la gala-cóctel.
Por su parte, el premio a la Acequia Real del Júcar,
institución fundada en el siglo XIII por Jaume I, fue
entregado por Alberto Fabra a su secretario general, Juan
Valero de Palma y su vicepresidente, Leopoldo Barrera. El
president, para cerrar una emocionate velada, destacó que
estos dos últimos Premios Importante, del total de más de
300 que se han concedido en este cuarto de siglo, han
recaído en dos símbolos fundamentales de la cultura
valenciana. «El fuego», en referencia a las fallas, y «el
agua», en referencia a la Acequia Real del Júcar. El jefe
del Consell subrayó que los Premios Importante de Levante-EMV
ejemplifican de manera perfecta «el orgullo de ser
valencianos» ya que se ha premiado «el esfuerzo, el tesón y
el trabajo» de personalidades, entidades e instituciones
«que han contribuido de manera decidida al desarrollo
socio-económico de la sociedad y la Comunitat Valenciana».
Antes, Rita Barberá, en relación al reconocimiento a la JCF,
agradeció «la sensibilidad demostrada» por el diario con
«una entidad imprescindible» que ha impulsado «actos
tradicionales de las fallas de hoy en día, como la crida, la
Cabalgata del Ninot o la constitución de la Sección
Especial». Pero que sobre todo, añadió, «ha permitido que
las Fallas se hayan convertido en un verdadero motor
económico y turístico de Valencia, y en una de las fiestas
más importantes del mundo». La alcaldesa aprovechó para
recordar «los recuerdos entrañables» que en el plano
personal le trae la cabecera de Editorial Prensa Valenciana,
y pididó el apoyo de este periódico, para que las Fallas
consigan la declaración de Patrimonio Inmaterial de la
Humanidad, que han pedido recientemente. Por su parte, Juan
Valero de Palma resaltó que al distinguir a la Acequia Real
del Júcar, «el periódico Levante-EMV conecta con el campo
valenciano, y por tanto, con las raíces de la sociedad
valenciana». Luego detalló el plan de modernización de
regadíos que tiene en marcha esta institución que ha
supuesto ya inversiones de 180 millones de euros y un ahorro
de hasta 180 millones de litros de agua al año.
Compromiso con la sociedad
La ceremonia fue conducida por la presentadora de Levante
TV, Verónica Mach, quien dio paso a Jesús Prado, consejero
de Editorial Prensa Valenciana, quien subrayó que los
Importante nacen por la constatación de que el diario «no
tiene que limitarse a ser notario de la actualidad» sino que
además este grupo editorial siempre ha creído y ha apostado
por «estar muy comprometido con los intereses generales de
la sociedad valenciana y estar presente en la realidad
social que lo rodea».
Antes, el director de Levante-EMV, Lluís Cucarella, enfatizó
que los Importante son el mejor ejemplo de que los
valencianos «somos capaces de liderar cualquier campo y de
que somos pioneros en cualquier área». Luego recordó que
Avelino Corma, prestigioso científico de Moncofa, que acaba
de recibir el Premio Príncipe de Asturias, varios años
después de lograr el Importante. Ello habla bien de que en
«nuestro día a día, los valencianos formamos un colectivo
emprendedor e innovador».
Gran foto de familia
El momento más brillante de la noche se vivió cuando los
premios Importante, de estos 25 años que pudieron acudir
ayer a la fiesta de l’Umbracle posaron para la posteridad
sobre el escenario. Anoche estuvieron presentes premiados
como el Cuerpo de Bomberos de Valencia, el Seprona, la
Asociación Vivir como Antes, AVA-Asaja (Cristóbal Aguado),
AVE (Federico Félix), Editoriales Bromera y Pre-Textos, Cruz
Roja, Bioparc (Luis Ángel Martínez), la doctora Carmen
Blanco, Nuevo Centro (Alfredo Tell y David Mazcuñán), la
Unió (Ramón Mampel), y la FSMCV, con Josep Almería y José
Vicente Mateu.
Políticos, empresarios, deportistas y artistas
Junto al president de la Generalitat, Alberto Fabra,
acudieron la alcaldesa Rita Barberá; la delegada del
Gobierno, Paula Sánchez de León; y las conselleras Isabel
Bonig, M.ª José Català y Asunción Sánchez, así como los
consellers Máximo Buch, Manuel Llombart, Serafín Castellano
y Juan Carlos Moragues. Por la patronal estuvo José Vicente
González y el presidente de la Cámara de Valencia, José
Vicente Morata. Por la empresa, Jesús Ger y su hijo Jesús
Ger Soria. Por el deporte, Quico Catalán, presidente del
Levante UD; y los deportistas paraolímpicos y Premios
Importante, Ricardo Ten y David Casinos. Por el mundo de la
política, la senadora y exministra Carmen Alborch habló al
principio de la velada por ser la segunda premiada con el
«Importante», allá por febrero de 1989, por el IVAM. Y
también estuvieron diputados autonómicos y provinciales como
Jorge Bellver, Rubén Moreno y Amparo Mora, del PP; así como
representantes del PSPV, —Ximo Puig, Joan Calabuig, Carmen
Martínez, José Luis Ábalos o Mercedes Caballero— de EU, el
concejal Amadeo Sanchis, o de Compromís como Enric Morera.
Por el cooperativismo, estuvo José María Planells (Anecoop),
Javier Quiles (Consum) y Emili Villaexcusa, de la
confederación del sector. Y más premiados que no quisieron
perderse el cóctel ni dejar de pasar por el «photocall»:
Gonzalo Gobert (director general del Circuito de Cheste);
Pepe Pérez en representación de Ford España; Sergio Blasco,
gerente del Hospital General, el exrector Pedro Ruiz; Vicent
Boscá (revista Saó), y Joan Manel Verdegal, d’Agrupació
Borrianenca de Cultura, entre otros. j. m. v. valencia
Puedes
ver las fotos de la gala en este enlace
discurso de
Bernat Clarí subdirector del Diario LEVANTE en la entrega de PREMIO
IMPORTANTE ENERO 2012
Admirada Cristina Ponce, distinguidos invitados, queridos
compañeros, muy buenos días a todos.
Para el periódico Levante-El Mercantil Valenciano es un auténtico
orgullo recibir a una ciudadana ejemplar en nuestra sede. En una
sociedad dominada por la cultura audiovisual, son los deportistas,
los actores, las modelos, los más famosos grupos y solistas
musicales, los grandes escritores de éxito, los diseñadores, los
arquitectos más llamativos, los gurús de las nuevas tecnologías y a
veces también los políticos y hasta los grandes hermanos televisivos
quienes suelen llevarse el favor del público. Ellos representan un
modelo a seguir. Se han convertido en referentes, forman parte del
imaginario colectivo, se han transformado en ídolos de masas, en
iconos que condicionan las vidas de mucha gente.
En este contexto, resulta estraño que una ciudadana anónima ocupe un
lugar destacado entre las preferencias de la masa de individuos que
compone la sociedad en la que vivimos. Pero Cristina Ponce se ha
ganado su protagonismo a pulso.
No puede imaginarse hasta qué punto nos ha llenado de satisfacción
comprobar que, frente a una actualidad tan demoledora, negativa y
decepcionante, en este periódico todavía hemos sido capaces de
rastrear, encontrar y publicar una buena noticia, una información
que protagonizaba usted con un gesto de nobleza, generosidad y
altruismo digno de la mejor causa
Es, por tanto, un motivo de orgullo para esta casa actuar de
anfitriones de una mujer que ha roto los esquemas yendo
contracorriente, es una gran satisfacción abrir las puertas de
Levante-El Mercantil Valenciano a una luchadora comprometida con el
mundo. Y es todavía más gratificante poderle entregar el galardón
más preciado de esta casa, nuestro premio Importante, con el que
hemos distinguido a las personalidades e instituciones valencianas
que han marcado la pauta en las más variadas disciplinas políticas,
sociales, económicas y culturales.
Una de las grandes misiones del periodismo consiste en saber
detectar el talento y la destreza sin prejuicios ideológicos ni
apriorismos sectarios. Y estamos convencidos de que hoy tampoco
hemos errado el tiro. Cristina es un auténtico modelo. Trataré ahora
de explicarles brevemente la razón.
Verán: La magnitud de la crisis económica que azota tanto los
bolsillos como las conciencias ha acabado por desequilibrar de tal
modo nuestra brújula vital que hoy resulta muy difícil orientarse.
Nos faltan patrones, necesitamos guías que nos abran el camino,
señales que marquen la dirección correcta que hemos de tomar.
La sociedad se ha sumergido en una gran depresión, dicho sea en el
sentido más amplio del término, porque sufrimos una crisis tanto
económica como psicológica que nos ha llevado de la euforia
desmedida que percibíamos hace solo unos años al abatimiento y el
desánimo más absoluto.
Es difícil asumir la transformación de la realidad que habíamos
soñado, pero todavía es más costoso controlar la zozobra interior
que provoca la autocrítica y el arrepentimiento. No es apetecible
comprobar que hemos cometido muchos y graves errores. A nadie le
agrada equivocarse y reconocer que hemos vivido sobre estructuras
muy frágiles. Durante años, construimos una ficción tan productiva
como acomodaticia que enmascaraba un mundo que, en realidad estaba
dominado por la avaricia y la inmoralidad más condenable.
Muchos eran conscientes de la impostura, pero preferían aprovechar
las ventajas del modelo mientras fluyera el crédito y se cerraran
negocios contantes y sonantes. El estallido de la burbuja
inmobiliaria primero y la crisis financiera después nos han dejado
desnudos ante nuestras propias conciencias.
Y no es nada fácil encontrar nuevas fórmulas magistrales que mejoren
nuestra vida individual y colectiva. En estas condiciones, a falta
de faros que iluminen el camino, conviene confiar en aquello que
tenemos más a mano: hay que mirar a nuestro alrededor e imitar el
comportamiento de aquellos que más habilidad, solvencia, principios
y honestidad han demostrado en tiempos tan convulsos.
En estos momentos de desasosiego y ansiedad social necesitamos
confiar en los que más saben y en aquellos que muestran una conducta
especial. Hoy requerimos ejemplos vitales que nos faciliten modelos
de comportamiento; en momentos de angustia como los actuales
precisamos ahuyentar nuestros complejos y reforzar nuestra
autoestima.
Casi nadie parece negar ya que la falta de principios explica gran
parte de la degradación individual y colectiva que ha propiciado
todo este desastre económico. El déficit ético y la pérdida de
valores es incuestionable. Es preciso encontrar ejemplos que
reactiven la economía pero que también garanticen ese rearme moral.
Y es en esta búsqueda desesperada de pautas y elementos que permitan
a los ciudadanos reconciliarse con los objetivos y las aspiraciones
más nobles del ser humano cuando apreciamos y valoramos la modélica
actuación de nuestra homenajeada de hoy, Cristina Ponce.
Esta madre coraje ha demostrado a sus conciudadanos que los gestos
de nobleza, generosidad y altruismo también reportan dividendos. No
todos se dejan llevar por el individualismo. La actitud de esta
mujer reverdece las nobles virtudes del ser humano y nos reconcilia
con los fundamentos más básicos de la sociedad, que sólo puede
asentarse sobre la solidaridad, el espíritu fraternal y la
protección mutua.
Silvia Sanz, la investigadora que, tras ser despedida, se pudo
contractar de nuevo gracias a la colecta que organizó Cristina Ponce
no va a ser los única beneficiaria de una acción tan filantrópica.
Igual de provechoso es que los medios de comunicación utilizaran su
ejemplo para poner el foco de la actualidad sobre las penurias que
sufre la investigación en España. Muchos políticos todavía no han
aprendido a valorar, a promover y a sacar rédito de los avances
científicos. Cuando está demostrado que una de las vías más directas
y capaces de aportar valor añadido y, por tanto competitividad a la
economía española es la de la innovación, la de la investigación y
la del desarrollo de la tecnología no parece muy razonable que los
científicos no encuentren otro horizonte que la emigración y la
precariedad laboral más humillante.
Probablemente su gesto no permitirá aliviar el sufrimiento de tantos
científicos que han perdido su puesto de trabajo, y también cabe
reconocer que su aportación tampoco llevará a recuperar algunas de
las líneas de investigación que han quedado paralizadas o suprimidas
por los recortes, pero no le quepa la menor duda de que su conducta
resulta mucho más productiva y sustanciosa que todo eso, porque ha
reconfortado a mucha gente que percibe su decisión como un símbolo
de valentía, protección maternal y conciencia cívica.
Hace apenas unos meses, en noviembre, en esta misma sala, tuvimos
oportunidad de premiar a una bióloga del Centro Superior de
Investigadores Científicas adscrita al centro Príncipe Felipe,
Consuelo Guerri, por un gesto que también demostraba un gran valor
cívico. Guerri se llevó nuestro galardón por donar los 25.000 euros
que recibió al ganar un prestigioso premio científico alemán para
que pudieran prorrogarse los contratos de sus becarios. Hoy tenemos
la satisfacción de remachar el mismo clavo.
Que para conseguir sus generosos fines recurriera a recursos tan
prosaicos y variados como vender camisetas, recoger fondos con
huchas solidarias, organizar meriendas benéficas o distribuir
lotería con farda ayuda a perfilar una imagen de mujer astuta,
entusiasta, valerosa, perseverante y decidida. Parece incontestable
que su hija, a la que trata de ayudar con todos los medios a su
alcance, estará orgullosa de usted, pero no es la única. Sus
conciudadanos también lo estamos, porque nos anima a no renunciar a
ningún objetivo siempre que valga la pena.
A la investigadora Silvia Sanz, a la responsable del laboratorio de
endocrinología molecudar, Débora Burks, y al resto de la comunidad
científica del centro Príncipe Felipe les ha ofrecido usted una
aportación impagable que tiene muy poco que ver con la cuantía del
dinero entregado, una donación mucho más valiosa que tiene que ver
con la bondad del ser humano.
De esa lección de coraje también deberían aprender nuestros
políticos. Usted ha probado que quien quiere, puede. Con esa
mentalidad no cabe duda que saldríamos de la crisis. Ojalá las
empresas y las instituciones privadas tomen igualmente ejemplo y
aumenten los fondos que se destinan a financiar programas
científicos.
Nos encontramos, en definitiva, ante un modelo vital y un orgullo
para los valencianos. Lo que, en suma, queremos decir es que su
actitud, Cristina Ponce, nos ha cautivado. Gracias por aceptar el
premio, por enseñarnos a conquistar el corazón de las personas de
buena fe y por demostrarnos que todo es posible a poco que uno ponga
empeño en la tarea.
Aquí tiene usted nuestro premio, se lo merece sobradamente. Muchas
gracias.
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